Termina julio con un poco de jazz .... al fin tendremos paz?


La ciudad convulsionada, sus calles intransitables, la afluencia de turistas provenientes de todo el país, el asfixiante civismo y el albiceleste “embanderamiento” inundando el ambiente, sus calles cerradas listas para los múltiples desfiles, la disputa entre el Alcalde y el Presidente sobre quien sirve mejor a la ciudad, entre “Pelucolandia ya es de todos” y el agresivo lema “Si es con Guayaquil, es conmigo!”, y su poco amigable valla recibiendo a sus visitantes …. al fin llegó el jueves trayendo un poco de paz.

Al fin, el ciudadano común solo le interesa que lo dejen vivir en paz. Le interesa que no le vean la cara, que los ilustres ciudadanos que escogemos confusa y “democráticamente” en las sábanas electorales lleguen a tener un poco de decencia, que las cosas funcionen, y que cada quien cumpla con su trabajo de la mejor forma. Que llegue un nuevo sistema en el que se distribuya la riqueza de forma mas equitativa? Que tengamos las oportunidades para desarrollar nuestras aptitudes y personalidad al máximo? El socialismo de Russell inspirado en el “impulso creativo” y la “investigación” como motor de la felicidad? Eso va más allá del interés inmediato del ciudadano común, sin embargo no debe dejar de ser una aspiración, una esperanza, que se mantenga como parte de nuestros ideales.

Y entre el veneno de los medios, y la agitación política, por higiene mental, hace falta cerrar los periódicos y apagar los noticieros al menos por un rato. Entregarse, abstraerse y rendirse ante la belleza, la estética, y el arte … viene bien.

Llegó el jueves, y luego de esquivar sin éxito las plagas, que por cambio de clima han infestado a los guayaquileños (maldita tos!), la señorita E estuvo en el Bar Ojos de Perro Azul, escuchando un poco de Jazz del grupo ELEMENTO CLAVE. Este trío está conformado por Luis Beltrán en el teclado, Danny Triviño en el Bajo y Marco Correa en la Batería, aunque esta noche traían a un invitado en la guitarra (¿?). La mayoría de su material es creación propia, aunque también toman temas populares, y clásicos del jazz. Desde su primera interpretación, se percibe la fuerza del bajo de Triviño en una onda funky, y al final las notas santanescas de “oye como vá”. Dentro de su repertorio, recuerdo una introducción de Beltrán con un sonido de piano clásico fusionándose rápidamente con un latin jazz, que hasta hizo bailar a alguien del público. También se escuchó algo de bossa nova en el vibrante jazz de Elemento Clave.

En medio de la noche, una llamada. "Estan llevando preso a un panita aquí en Panamá y Roca, aguántame e, que ya vengo". Nada logró distraer mi atención de la banda. (Luego de 15 min..) "Estaba haciendo relajo en via publica, todo frio con $50 lo aflojaron los municipales". Y asi se vive en la noche guayaca...

Entre la nostalgia y el revólver (no me voy a suicidar!)


Nostalgia de lo vivido, nostalgia de lo no vivido. Nostalgia de lo que otros han vivido. Nostalgia de mejores épocas, o de peores. Nostalgia de la inocencia perdida. Nostalgia de lo que pudo ser, o de lo que fue y ya no será nunca más…

Empiezo a creer que parte de la naturaleza humana es vivir de la nostalgia y éste, me parece un punto de vista muy pesimista que no quiero aceptar, pero que cada vez reafirmo. Pareciera ser que la espontaneidad, la experimentación, la curiosidad, descubrir cosas nuevas, asombrarse y disfrutarlo, son actitudes pueriles, que se manifiestan quizás hasta la adolescencia o hasta que la “adultez” nos alcance.

Enciendo la radio y la mayoría de las emisoras se alimentan de música de recuerdos, que quizás marcaron épocas pero que a mí en muchos casos me evocan depresión. Recuerdo mi anterior trabajo y la secretaria escuchando su estación favorita: Fabu, la infaltable música de fondo en gabinetes de señoras, o en los cubículos de oficinistas uniformadas de 9 a 5. No faltaba el día que olvidasen a Miriam Hernández o Guillermo Dávila. No duré mucho en ese ambiente.

Entonces, hablando de música ¿En que momento dejamos de descubrir cosas nuevas y vivimos de la nostalgia?

Quisiera que nunca me llegue esa etapa, quisiera seguir disfrutando de la belleza en cada en cada pequeño descubrimiento diario. Después de todo, tal cosa como la naturaleza humana no existe, el hombre crea su propia naturaleza a través de las decisiones que toma cada día de su vida. Y yo, decido no mirar atrás sino adelante.

Y volviendo con la noche guayaca, el fin de semana se presentaron en Heineken Zapatilla Corp y Revólver. El boletín semanal que llega a mi correo anunciaba: “Revolver regresa a los escenarios con la consigna de brindar un show de puro rock con actitud.”. Así que con ganas de escuchar nuevos sonidos en vivo estuve en la cita a media noche. El lugar estaba bastante lleno, y las bandas empezaron a tocar puntuales.

Zapatilla Corp subió al escenario con Oscar en el micrófono, Migue en la batería (ojo el baterista sexy), y Reca en el bajo. Un sonido bastante “crudo”, entre blues, rockanroll, y lo que salga! Tienen mucho que pulir, pero lo que me engancha es la pasión con la que tocan, y la espontaneidad en las canciones. Hay mucha creatividad que explotar en este trío donde atreverse es la consigna!

Y esperando “puro rock con actitud”, llegó Revolver. Su primera canción fue un cover de Oasis, y eso ya bastó para leer en sus mentes “amamos a Oasis”. Alguna vez escuché que en Inglaterra existe una rivalidad entre Oasis y Blur (claro, cuando existían), y que las personas se podían identificar con una de las dos bandas pero jamás con las dos. En mi caso, soy chica Blur. El sonido Oasis peca de repetitivo, predecible, medianamente pegajoso, y al final queda sólo el sabor de una “linda canción”. Y volviendo a Revolver, las demás canciones sí eran propias, pero su vocalista parece inclusive imitar la voz de Gallagher, y hasta su inexpresividad. Puedo decir que el lugar se llenó, la banda tiene sus seguidores (algunas cantaban sus canciones), sí son buenos músicos, pero para mí en sus canciones no hay pasión… no hay alma.

Y para terminar les dejo otra frase de Sartre que encontré por aquí atrapada en los links… “El arte puede decirse humanista porque la sociedad reside inhumanamente” (Gracias, Dou!)

* Foto de danielorbital