Quienes pensaron que la gratuidad de este concierto haría imposible disfrutarlo, se equivocaron. Quienes pensaron que Correa se iba a tomar el escenario para aburrirnos con propaganda gobiernista, se equivocaron. Quienes pensaron que al ser organizado por el gobierno, esto iba a ser caótico, también se equivocaron. Una cachetada para todos aquellos.
Los festejos por el Bicentenario del Primer Grito de la Independencia han arrancado. No me importa si esa no fue la primera independencia, que si Guayaquil ya era independiente, que es una cuota más de propaganda del gobierno, no me importa!. Hace tiempo que tengo la firme convicción de que este pueblo necesitaba más autoestima, valorar más lo nuestro, y que aquello vaya más allá de alentar a la tricolor en las eliminatorias del mundial. Correa ha trabajado mucho en eso, y uno de los instrumentos para fortalecer ese nacionalismo está en el Ministerio de Cultura. Artistas nacionales (cine, danza, música, etc.) han encontrado en este gobierno un estímulo para seguir creando.
El primer invitado de la noche fue Hugo Idrovo. Su dramática y auténtica voz dio la bienvenida a un estadio aún a medio llenar. Lo siguió el flautista Carlos Prado con un repertorio de boleros, que los encontré desubicados en el programa de la noche. Beatriz Gil hizo su aparición cantando un popurrí de pasillos de Julio Jaramillo. Finalmente, Hector Napolitano con los temas "Comandante Che Guevara" y "Guajira a Guayaquil", invitando a su hermano Idrovo para cantar juntos la clásica "Gringa loca".
"Mi vida fue desdichada desde que entré a tu embajada... Juraste que tu Dios era mi Dios llorando en el chifa Taiwán, sin embargo colorada, me saliste tragaespada!" La gente aclamaba Silvio! Silvio! Silvio!, hasta que se escuchó su voz suave entonando una guitarra. A estas alturas el Estadio Modelo estaba repleto de un público guayaquileño, además de miles de fans que vinieron desde Cuenca, Quito, Ambato, Oriente, para disfrutar de ese concierto gratuito. Estuvo acompañado de
la laureada flautista Niurka González y el grupo Trovarroco. La interpretación impecable, su voz parece no haber cambiado nada desde hace ya más de treinta años.
Un recital en el que se regaló (literalmente) al público. Duró casi más de dos horas, y todos pedíamos más. Entre clásicas y no tan clásicas, las más coreadas fueron La Maza, El Unicornio, El Necio, Te doy una canción, Playa Girón, entre otras. No cantó la que me gusta mucho "No hacen falta alas", pero no tengo quejas del concierto.
El tinte político lo dio al hablar de los prisioneros cubanos detenidos en Estados Unidos, pero de ahí se limitó a deleitar al público. No hubo discursos gobiernistas, ni arengas políticas, y Correa no tuvo intervención alguna en la noche, más que un espectador más coreando las canciones de Silvio.
La entrada sí fue libre, e incluso sin el ticket podías entrar. Al principio sí pedían entrada, pero luego abrieron las puertas para todas las localidades, menos para la que estaba reservada para autoridades del Gobierno. El estadio estuvo lleno, pero aún disfrutable.
Aquí un video de "Quien fuera", en el que se puede apreciar la flauta de Niurka González, quien por cierto es la esposa de Silvio.