Can Can y mi mala influenza

La música de Can Can, ha sido una excelente acompañante en este día, tan lento, largo, y al final tan frío. Por alguna razón, mi susceptibilidad estuvo a flor de piel en este tortuoso día lunes, en el que situaciones que generalmente eran tan ordinarias, ahora me inspiraban cierta inusitada melancolía. En algún momento del día, me invadió una pena a la angustia del prójimo, más intensa que la normal. Quise alejar esas sensaciones y pensamientos nocivos, pero no pude… o quizá no puse muchas ganas en alejarlos.

Alguna vez leí una novela de Kundera, en el que su personaje principal sufría un desamor que lo llevaba a arrastrarse en una profunda depresión. Quizá lo único que recuerdo de ese libro fue la frase en la que él se jactaba de disfrutar “la borrachera de la debilidad, donde uno se siente tan a gusto”. Y es que el placer no siempre está asociado con la alegría, ni con dibujar una amplia sonrisa en tu cara, lo mas seguido posible. Cuando nos invade la tristeza, y esta se vuelve más aguda, lo que menos interesa es salir de ahí, porque mientras más te retuerces en tu pernicioso viaje, más placentero se convierte éste. Fácil de entender, el éxito que han conseguido cantantes como Camilo Sesto, José José, Carmencita Lara (risa inevitable), y otros rocoleros que alimentan ese enfermizo placer. Es terriblemente peligroso llegar a esos extremos depresivos, ya que se puede convertir en una enfermedad que fácil te puede llevar al otro lado. Peligroso sí, pero ciertamente poético, el placer masoquista que el ser humano puede encontrar en el sufrimiento.

En la noche me di cuenta que afortunadamente no estoy tan loca, porque mi malestar se debió a una ordinaria gripe y no a estos placeres enfermizos de los que no gozo. A mi susceptibilidad y desgano se unió la fiebre y el dolor de garganta, postrándome en cama hasta que la pastilla hiciera efecto.

Y sigo escuchando Can Can, ya que después del concierto que presencié el sábado en Diva Nicotina, y el par cd’s que compré para conocerlos más a fondo, estoy realmente complacida. Este fin de semana, la banda quiteña promocionó en Guayaquil, su tercer cd, Lado C, ofreciendo conciertos el día viernes y sábado. El cd, contiene 6 tracks; tres de sus canciones son realmente re-ediciones, y las demás si son material nuevo. En todo caso, fue una oportunidad para conocer la mayoría de su repertorio. El primer día, abrió la banda local "Los Niñosaurios", y el lugar se repletó completamente. El día sábado, la noche estuvo más fluida, el lugar más comodo, con menos gente, y el sonido también mejoró (según los que estuvieron presentes ambos días)

El sábado, abrió el concierto la banda local “Orgasmosonic” con una propuesta instrumental y electrónica. Esperamos un poco hasta que apareció Can Can, en la voz de Denisse Santos, en guitarra Daniel Pasquel, bajo Toño Cepeda (Rarefacción), y Andres Caicedo en la bateria. Comenzaron con canciones de su último cd, como hotel, uio, navegas inquieta, que evocan cierta melancolía que caracteriza su ultima producción. Otros temas, como su más conocido Megabass, o Mala influencia contienen un pop alternativo más melódico.

Lástima que no tocaron Fatalidad, una adaptación de la famosa canción interpretada por Julio Jaramillo. Este pasillo fue una buena elección para la banda, ya que está muy acorde al aire melancólico que inyectan ciertas de sus canciones.

Mi tema favorito del Lado C: “navegas inquieta”. Aquí dejo un video de “La Mala Influencia”.


1 comentarios:

Dandabass dijo...

Can Can
Estuve el viernes en diva. Interesante Can Can. Quizás muy pop para mi gusto actual. Muy bien Toño Cepeda en el bajo eléctrico, a veces un poco repetitivo en sus ideas, pero en general, buen sonido y técnica. Me pareció extraño de esta banda que la guitarra no cumplió un papel muy protagonista, aportaba con buenos riffs aqui y allá.. pero la sentí muy mezclada, no es malo ni bueno, solo distinto.

Dnis, bien en la voz, se la sintió muy cómoda en el escenario, (compartimos clases en la USFQ!..jaja. .ni se acordaba..)

Placer, dolor, alegría
Muy interesante lo que escribes E, pensaba en esto hace unas horas. El placer de disfrutar la resaca de la mañana cuando te dejas llevar y te resignas a tu estado semi-inconsciente..jaja..

Pero si, esos 'otros' dolores, especialmente los relacionados al 'amor' son placenteros, de acuerdo con eso.

D.