Después de una semana intensa que llegó a su fin con gran alivio, pero a la vez incertidumbre de no saber que pasará con mi bolsillo en los próximos días y quizá meses, tenía muchas ganas de asistir al concierto de Juan Luis Guerra para olvidarme un poco de esa situación. Aunque JLG se merecía los altos precios de las entradas, las vacas flacas me esperan así que ya me había hecho de la idea de que no iba a ir. Parecía que todos los Guayaquileños iban a estar metidos en el Estadio Modelo Alberto Spencer, ya que nadie se quería perder el concierto, todos hablaban de aquello, y la mayoría con boleto en mano.
Me encontré en la noche con amigos, y en un grupo de seis íbamos armados de fe con la esperanza de entrar como sea. Sin mucha prisa, ya que no pretendíamos llegar a la primera canción, llegamos al Estadio encontrándonos con que en la puerta del parqueadero no nos permitían entrar sin boleto. Exijo un explicación!!!. Dónde estoy?? Esto es Guayaquil, desde cuando estas medidas!. Por un momento tuve la visión de que pasaría la noche con mis amigos en el antro "La Gloria", chupando y escuchando a Juan Luis Guerra toda la noche. Mujer de poca fe... avanzamos una cuadra más y en el otro portón metálico sí pudimos entrar.
Nuestra primera intención era entrar a Golden Box (hay que ver que somos optimistas!) cuando se haya despejado la entrada, encontrarnos con un par de pacos, palabrearlos, pasarle nuestro fondo común recaudado hasta con monedas. Descartada esa opción, muchos policías y hasta con caballos. Siguiente opción: entrar a la localidad Cancha. Así que nos amontonamos al pie de la puerta, en medio de unas doscientas personas, uniéndonos a la protesta de que Cómo es posible que con boleto en mano no nos querían dejar entrar!! ESTAFA!ESTAFA!! ABRAN LA PUERTA! ABRAN LA PUERTA!!. La Policía y Defensa Civil se rehusaban a dejarnos entrar. Cámaras de la prensa reportaban la presunta sobreventa de boletos, la represión a inocentes fans de JLG que habrían sido estafados. La gente se empezó a engorilar, agarraron fierros con la clara intención de tumbar la puerta... la cosa se ponía fea y ya estaba dudando yo si valía la pena el estropeo. Hasta que abrieron un poco la puerta, para que la gente entrase en orden.....
Un tropel de jóvenes entraron a la fuerza, y Valeria mi bf, desde su altura (mide 10 cm más que yo) nos vio casi aplastados por la muchedumbre que intentaba entrar. Ella se paró en la puerta sosteniéndola hasta que pudiésemos entrar. Ídola!!!. Aguantó puteadas de la fuerza policial y de defensa civil, se fajó todo!. Ya una vez adentro en Cancha, contamos cabezas y estábamos los seis!! Sonaba la canción Woman del Callao y el estadio estaba abarrotado, todos bailando y cantando al únisono este clásico que tiene casi veinte años de creación!
Este señor tiene más de veinte años haciendo bailar a Latinoamérica, con el mismo sabor, la misma fuerza, ahora claro con más experiencia, más creatividad... y finalmente más espiritualidad. Cuando era una mocosa sus canciones no faltaban en ninguna fiesta, en la matiné, la quinceañera, la boda, etc. Y una fiesta no es fiesta si no ponen la bilirrubina, seguida del africano de Wilfrido Vargas.
Todo el Estadio era una pista de baile. Las canciones "El Niagara en Bicicleta", "La cosquillita", "La llave de mi corazón", fueron algunas de las más gozadas. Me encantó el popurrí bachatero que se pegó con "la hormiguita" y "bachata rosa". Y la más romántica de todas: "Burbujas de amor". No faltaron las clásicas y nostálgicas "Me enamoro de ella" y "A pedir su mano". Un concierto que duró más de dos horas, en las que hizo gozar al máximo a su complacido público. Hubo un receso en el que presentaron a los músicos, hubo un largo concierto de percusiones seguido por una coreografía de "thriller" de Michael Jackson, merengueado.
Uno de los últimos hits JLG ha sido "Las avispas", primer single del cd "Para ti" que lo devolvió con fuerza a los escenarios. Con una renovada espiritualidad, evangélica o cristiana no me importa, llenó sus canciones de exagerada ternura. Esta en especial tiene mucha fuerza, que sin exagerar me enchina la piel cuando la escucho y le paro bola a su letra:
"Jesús me dijo, que me riera, si el enemigo me tienta en la carrera... también me dijo no te mortifiques, que yo le envío mis avispas pa' que lo piquen".
Una de las canciones que más disfruté fue "El costo de la vida". De México hasta la Patagonia somos la misma raza: Latinoamerica. Jodidos pero contentos!
Me encontré en la noche con amigos, y en un grupo de seis íbamos armados de fe con la esperanza de entrar como sea. Sin mucha prisa, ya que no pretendíamos llegar a la primera canción, llegamos al Estadio encontrándonos con que en la puerta del parqueadero no nos permitían entrar sin boleto. Exijo un explicación!!!. Dónde estoy?? Esto es Guayaquil, desde cuando estas medidas!. Por un momento tuve la visión de que pasaría la noche con mis amigos en el antro "La Gloria", chupando y escuchando a Juan Luis Guerra toda la noche. Mujer de poca fe... avanzamos una cuadra más y en el otro portón metálico sí pudimos entrar.
Nuestra primera intención era entrar a Golden Box (hay que ver que somos optimistas!) cuando se haya despejado la entrada, encontrarnos con un par de pacos, palabrearlos, pasarle nuestro fondo común recaudado hasta con monedas. Descartada esa opción, muchos policías y hasta con caballos. Siguiente opción: entrar a la localidad Cancha. Así que nos amontonamos al pie de la puerta, en medio de unas doscientas personas, uniéndonos a la protesta de que Cómo es posible que con boleto en mano no nos querían dejar entrar!! ESTAFA!ESTAFA!! ABRAN LA PUERTA! ABRAN LA PUERTA!!. La Policía y Defensa Civil se rehusaban a dejarnos entrar. Cámaras de la prensa reportaban la presunta sobreventa de boletos, la represión a inocentes fans de JLG que habrían sido estafados. La gente se empezó a engorilar, agarraron fierros con la clara intención de tumbar la puerta... la cosa se ponía fea y ya estaba dudando yo si valía la pena el estropeo. Hasta que abrieron un poco la puerta, para que la gente entrase en orden.....
Un tropel de jóvenes entraron a la fuerza, y Valeria mi bf, desde su altura (mide 10 cm más que yo) nos vio casi aplastados por la muchedumbre que intentaba entrar. Ella se paró en la puerta sosteniéndola hasta que pudiésemos entrar. Ídola!!!. Aguantó puteadas de la fuerza policial y de defensa civil, se fajó todo!. Ya una vez adentro en Cancha, contamos cabezas y estábamos los seis!! Sonaba la canción Woman del Callao y el estadio estaba abarrotado, todos bailando y cantando al únisono este clásico que tiene casi veinte años de creación!
Este señor tiene más de veinte años haciendo bailar a Latinoamérica, con el mismo sabor, la misma fuerza, ahora claro con más experiencia, más creatividad... y finalmente más espiritualidad. Cuando era una mocosa sus canciones no faltaban en ninguna fiesta, en la matiné, la quinceañera, la boda, etc. Y una fiesta no es fiesta si no ponen la bilirrubina, seguida del africano de Wilfrido Vargas.
Todo el Estadio era una pista de baile. Las canciones "El Niagara en Bicicleta", "La cosquillita", "La llave de mi corazón", fueron algunas de las más gozadas. Me encantó el popurrí bachatero que se pegó con "la hormiguita" y "bachata rosa". Y la más romántica de todas: "Burbujas de amor". No faltaron las clásicas y nostálgicas "Me enamoro de ella" y "A pedir su mano". Un concierto que duró más de dos horas, en las que hizo gozar al máximo a su complacido público. Hubo un receso en el que presentaron a los músicos, hubo un largo concierto de percusiones seguido por una coreografía de "thriller" de Michael Jackson, merengueado.
Uno de los últimos hits JLG ha sido "Las avispas", primer single del cd "Para ti" que lo devolvió con fuerza a los escenarios. Con una renovada espiritualidad, evangélica o cristiana no me importa, llenó sus canciones de exagerada ternura. Esta en especial tiene mucha fuerza, que sin exagerar me enchina la piel cuando la escucho y le paro bola a su letra:
"Jesús me dijo, que me riera, si el enemigo me tienta en la carrera... también me dijo no te mortifiques, que yo le envío mis avispas pa' que lo piquen".
Una de las canciones que más disfruté fue "El costo de la vida". De México hasta la Patagonia somos la misma raza: Latinoamerica. Jodidos pero contentos!
Somos un agujero
en medio del mar y el cielo
quinientos años después
una raza encendida
negra, blanca y taína
¿pero quién descubrió a quién?
en medio del mar y el cielo
quinientos años después
una raza encendida
negra, blanca y taína
¿pero quién descubrió a quién?
5 comentarios:
E, dichosa tú que pudiste entrar. Yo con boleto en mano escuché medio concierto de JLG desde afuera.
Dónde queda el antro "La Gloria" para así, la prox que me suceda esto, caer con mi desdicha?
Si quieres leer la otra cara del concierto pasate por mi humilde blog.
Un abrazo.
-m-
Pd: Incertidumbre los prox meses? Te contrato para demandar a los organizadores del concierto! =$
Entiendo q hagas lo q sea para entrar a un concierto, pero m asombra tu hayas planeado algo así. D verdad, t he seguido desd hac algún tiempo y m sorprend el hecho d q hayas querido entrar como sea, sin pagar entrada... Por favor, x eso es q a veces no se quieren organizar estas cosas, por los posibles "puertazos"... Mucha gente pagando su entrada y no entraron... Increìble lo q he leìdo hoy
Manu: La Gloria es un antro ahi afuera del Estadio Modelo, que creo que hace las veces de cabaret. Ese dia ponian toda la noche musica de JLG.
Mario: Si todo hubiera estado realmente bien organizado yo no habría entrado, y listo, hubiera felicitado a la los empresarios y gente encargada del orden. Pero hacen las cosas mal, no tienen idea de logistica de eventos masivos. En tribuna no hubo portazos y la gente se quedó afuera.
Lei que algunos empleados que recibian los tickets y no devolvian el talonario, entonces revendian esos boletos.
Tienes toda la razón. Es lamentable el desconocimiento para organizar un evento así en el país, pero no por eso voy a evitar pagar mi entrada para la presentación. Así de sencillo. No puedo evitar la mala organización, pero entro al estadio paganado mi entrada, es decir, hago lo que está a mi alcance, hago lo correcto, sin importar lo que hagan los demás.
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