La curiosidad siempre ha sido el motor que mueve mis días. Confieso escuchar disimuladamente conversaciones ajenas fingiendo leer algo o mirar a otro lado, rebusco las historias que aparecen en los diarios en recuadros pequeños, trato de mirar fijo a los ojos hasta desnudar alguna verdad, me cuestiono todos los días sobre la infelicidad de esa amanuence que frunce el ceño todo el día, a la que nunca le puedo sacar una sonrisa....
Y así como yo, la ciudad tiene un montón de curios@s que deambulan por las noches buscando un sonido diferente, una imagen que diga muchas cosas con solo mirarla, los que se fascinan al descubrir la autenticidad del otro, quienes no sienten incomodidad ante el desconocido, sino una oportunidad de explorar la individualidad de cada persona, un universo, mil universos.
Dios los crea y ellos se juntan. Allí estaban aquellos deambulantes, este miércoles al pie del rio. La sala del MAAC abarrotada, y más de doscientos se quedaron fuera. Gracias a Candela-y a esa sabiduría criolla de la que a veces me averguenzo, pero igual le saco partida-, me colé en la fila justo 2 segundos antes de que ella entrara. Así que J* y yo agarramos buenos puestos y disfrutamos del "evento".
Pues para l@s curios@s que faltaron, el miércoles en la noche, se inauguró en el Maac el Festival Eurocine (orhocine, según el alemán que se pegó un discurso gracioso), con la proyección del clásico filme alemán "Metrópolis" de Fritz Lang, musicalizada en vivo por la banda quiteña Can Can. En medio de la oscuridad, como intrusos del escenario, poco a poco se instalaban los músicos en los costados de la pantalla. De repente, en medio de sonidos electrónicos y mecánicos, emulando el choque de engranajes que hacían funcionar a la gran ciudad, e escuchaba la voz de Denise Santos, entonando algo que decía "escopolamíname". No puedo olvidar la cara desencajada de Natyco, mirando al resto y pensándo para sí misma "tengo o no tengo razón, webones?". Pues un poco sí, me incomodaba la voz pero la música sí se adaptó bien a otras escenas, por ejemplo la del striptease de la maria-robot diabólica, además de que el ambiente que creaba tener una banda en vivo musicalizando una película de cine mudo de hace más de 80 años, no tiene precio (además de que todo esto fue gratis!).
Al final Aleja me confesó con su cara de inocencia y encogiendo los hombros, que estando en primera fila (ella no concibe otro lugar para ver un show, y lo ocupa así haya llegado en el último minuto, como en efecto, ocurrió esta vez) se quedó dormida un par de veces. La verdad yo también me recosté en un lugarcito muy cómodo a mi lado* y me perdí un par de escenas.
Aquell@s curios@s de la noche se perdieron entre las calles de la ciudad. En la media noche, solo quedábamos tu* y yo caminando por la 9 de octubre, bajo la inesperada llovizna de junio... Así de inesperada como tu llegada. Pero ahi estás, dibujándome esta sonrisa tonta que me la tengo que desbaratar ante los demás.
3 comentarios:
Fuera del sacrilegio de incluir voz en la musicalizacion, Can Can estuvo a la altura y cumpli mi sueño de ver metropolis, de un forma especial, nunca supe como pero ahi fue, mejor de lo imaginaba, con la mejor exibicionista, j*
que bueno que no emprendí el viaje apurado, de seguro me quedaba fuera...
chistoso, pensé que la gente se iba a dejar vencer por el fútbol (¿fue día de fútbol verdad?).
y que malo al mismo tiempo, no quería perderme la pelicula y a can can...
¿voz?, tal vez un error mínimo, pero bueeno, pro libertad artística...
saludos
veeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen escopolaminameeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeezzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz todo puede ser pero la man es una patada en los huevos, o en los ovarios.
Yo tb formo parte del grupo de los rucos, jajajajaja, pero bueee, peor es nada?
Un abrazo!
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