
Las puertas del estadio Alberto Spencer se abrieron desde el mediodía de ayer, recibiendo multitudes de fanáticos de todo el país, que esperaban con ansiedad, contando cada minuto para verlos volver. Bajo el sol ardiente quemando la piel, recostados en el césped, caminando, sentados, acostados, especulando, suponiendo, compartiendo … así pasaron las horas de antesala del concierto de la historia.
Alrededor de las 15h30 el grupo telonero Lemon Pie hizo una prueba de sonido, tocando The Wall. Excelente sonido, avizorando que algo bueno se venía. Cayó el sol, y la noche nos agarró en medio del frío, con una luna llena imponente, asomándose lentamente detrás de las graderías. Una masa de jóvenes de espíritu, de todas las edades, llenaron el estadio, cuando ya eran las 20h30, hora fijada para el inicio del espectáculo.
Pocas veces les va bien a los teloneros, y esta vez no fue la excepción. Tuvieron buena recepción del público únicamente en la primera canción The Wall (no me explico como puedes comenzar a tocar, con un cover), porque a quién no le gusta esa canción, y porque el sonido estuvo muy bueno, y las pantallas gigantes, y luces funcionaron. En su segunda canción, que si fue propia, ocurrió la calamidad técnica de la noche. El sonido fue pobre, las luces igual, y las pantallas desaparecieron. Y así tocaron un par más, sin pena ni gloria. Nunca más funcionaron las pantallas, sino hasta la sexta canción de Soda.
Hasta que se encendió el escenario, las luces, y se puso en marcha toda la industria millonaria detrás de este espectáculo. Llegó el momento esperado, y la euforia de la gente llegó al máximo cuando Gustavo Cerati tomó el micrófono y cantó “Quiero ser tu mayordomo!”. Había empezado el show, señores. Un estadio lleno coreando las canciones del grupo que escucharon creciendo, de la mejor banda de rock latinoamericana. Sencillamente un momento histórico.
Ciertas fallas técnicas que se dieron al inicio del show, aplacaron este espectáculo. En los graderíos únicamente podías verlos con largavistas, ya que las pantallas gigantes no funcionaron sino hasta unos 30 minutos iniciado el show. La potencia del sonido no fue explotada al máximo sino hasta que las pantallas comenzaron a funcionar. Pero todo fue perdonado, y con creces, ya que el espectáculo fue de primera calidad, algo nunca antes visto en esta ciudad. La calidad de la banda, el sonido, el juego de luces y pantallas, el ambiente del concierto… todo!
Canciones como
Sobredosis de T.V., Picnic en el 4°B, Tele-Ka, revolvieron ese espíritu ochenteno de los más avanzados. Tocaron las más esperadas,
Cuando pase el temblor, Persiana americana, En la ciudad de la furia, Primavera 0, Zoom, y por supuesto la clásica
Música Ligera, entre las 27 canciones que formaron su repertorio. Mi favorita:
Zoom. Su música tan relajada, y a la vez sensual. Tranquilidad después del placer … deseando más. Y es que la genialidad de sus letras, tan introspectivas, a veces psicodélicas (ochentas!), dice mucho en pocas palabras amalgamadas; y la voz de Cerati, tan penetrante, seductora y hasta hechizante, los ha transformado en una banda tan emblemática, y hasta de culto. Tocaron
Musica Ligera y se despidieron del escenario, sin embargo nadie lo creyó, pues sus fans sabían que el show terminaba con
Nada Personal, y así fue.
Mi padre siempre anda viendo el contexto histórico de todo, así que me hizo notar el momento crucial en que nace Soda Stereo. Año 1982: En plena Guerra de las Malvinas, y un año antes de finalizar la dictadura argentina. La influencia de bandas inglesas, y el pop y new wave en sus ritmos, quizá fue todo un refugio para los jóvenes que abrigaron con fuerza a esta banda, y así talvez voltear la cara a la realidad. Luego ya configuraron su propio estilo y lo demás es historia.
La gira
“Me verás volver” reavivó el fanatismo por la banda, que reúne seguidores de todas las edades, clases, ideologías, tendencias musicales, etc. Mi madre se emocionó al saber que vendrían, y mi padre corrió a comprar dos entradas para los dos. Mi hermana de 16 años bajó todas las canciones que pudo, y se convirtió en fan acérrima aproximadamente dentro de este último mes. Mi hermano, el metalero adolescente, tampoco se perdió del concierto histórico. Cerca de 50,000 llenaron el estadio Alberto Spencer en todas sus localidades, aunque a mi parecer entraban mas de mil más tranquilamente. Los revendedores salieron perdiendo. Lei con asombro que cerca de 10,000 quiteños se movilizaron por aire y tierra, y que aproximadamente 3,000 vinieron de Cuenca. No se cuantos ambateños, manabitas, etc. Las calles de mi ciudad se vieron repletas de jóvenes provenientes de todos los puntos del país. Sus voces, acentos, caras, se mezclaron en sus calles, por la noche, llenando cada restaurante, carreta, etc. En esta noche seca (cero expendio y consumo de alcohol), seguramente se llenaron todos los bares de la ciudad... Esa noche, Guayaquil fue la Ciudad de la Furia.
- El mix reaggaetonero de Cuando Pase el Temblor, y Cerati cantando "Cuando pase el reaggaeton!"
- Cerati diciendo... este es el momento de que prendan todo lo que tengan.... un bate por ahi... y todos los celulares prendidos alumbrando el estadio en la cancion "Fue"
- El abrazo de los tres, al final.